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martes, 5 de abril de 2016

Cuando te aprendes las respuestas te cambian las preguntas

Era una mañana soleada en Quito y yo ocupaba mi tiempo preparando el material para mi clase de Finanzas de esa tarde, estaba contenta jugueteando con el Power Point y divagando sobre el costo promedio del capital, las betas, el apalancamiento y esas cosas que no sé porque me gustan tanto, estaba en eso cuando sonó el teléfono. De esto hace tres años.

Como sucede con lo todo lo inevitable, esto pasó de repente, sin previo aviso, fue solo una llamada la que puso mi mundo de cabeza.

Al otro lado del teléfono la voz de mi esposo sonaba como la de un niño que quiere contarte algo pero no sabe como, preguntó por mi día, por los niños, por nuestra mascota y después la soltó, la pregunta, casual como si me estuviera diciendo algo cotidiano e intrascendente:¿Qué opinas de Sudáfrica?, una pausa se produjo en mi cabeza, ¿De dónde sale esto ahora? Sudáfrica... sonaba tan remoto en ese momento, ¿Que opinión podía merecerme este país?, era poco lo que sabía en ese entonces, su lucha contra el Apartheid, Mandela, el mundial y un infortunado reportaje que había leído sobre Johannesburgo y la inseguridad...era todo lo que tenía para formarme una opinión, sin embargo lo supe en ese preciso momento, lo intuí.... la pregunta de casual tenía lo mismo que yo de Física Nuclear.

La pregunta, como todas las buenas preguntas, desencadenó un torrente de acontecimientos, valoraciones, investigaciones y decisiones.... Cuatro meses más tarde, estábamos aterrizando llenos de buenos deseos, sentimientos encontrados y muchas expectativas en Port Elizabeth, la ciudad que ha sido nuestro hogar en Sudáfrica durante los últimos tres años.

En honor a esta experiencia he empezado este blog, creo firmemente que la vida te trae aquello que necesitas para crecer, la vida te reta, te invita y si eres capaz de responder a esa invitación con genuino interés, la vida te enseña.

Salir de tu zona de confort puede ser intimidante, el miedo que sientes es la reacción natural frente a aquello que no conoces, creo que de cierta manera te protege,  sin embargo lo que sucede mas allá del miedo es casi mágico.
Tu manera de ver la vida, de enfrentar el cambio, de abrazar el aprendizaje define como vivirás tus experiencias. Cuando nos subimos en ese avión hicimos el firme propósito de disfrutar, de probar, de aprender, de viajar, de mirar, de escuchar... también nos prometimos recordar, conservar y proteger lo que es nuestro, lo que es invisible para los ojos. 

La vida como expatriado suena fabulosa y lo es, pero no es ajena a los problemas, a los retos de la adaptación, a las barreras del lenguaje, a la falta de una red de soporte.
Cada problema sin embargo, deja un valioso aprendizaje, de cada pequeña batalla ganada queda una huella en la autoestima, son como pequeñas medallas que te recuerdan cuando camino has recorrido desde el día que te bajaste del primer avión.

Ahora me sé muchas de las respuestas, pero en un mundo donde la única constante es el cambio, solo me queda esperar a que me cambien las preguntas.

Ojalá me lean mientras sigo intentando responderlas....


1 comentario:

  1. Excelente! Aparte de tener facilidad para las finanzas lo tienes para la escritura y narración, muy lindo Carla como has descrito toda ésta maravillosa aventura ...😊

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