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sábado, 8 de abril de 2017

Hay gente que está, este donde este...

 
 La voz ronca del piloto alemán suena en el fondo, anuncia en un gutural Inglés, que el avión en el que estamos sentados en este momento tardará 20 minutos más en despegar. Aparentemente, un banco de niebla cubre el aeropuerto Heathrow de Londres ,donde planeamos disfrutar de nuestro feriado de Pascua y festejar el cumpleaños del hombre que literalmente me quita el sueño desde hace 17 años.

Tengo 20 minutos para leer noticias y echarle  un ojo a las redes sociales.  Me estremece comprobar que el mundo esta definitivamente loco, tengo la fortuna de estar en contacto con amigos y familia en varios países y mi Facebook está inundado de protestas, incidentes, marchas, guerras e inundaciones. En esta era digital, estamos tan lejos pero tan conectados que compartimos penas y alegrías en tiempo real.

 La distancia, sin embargo, magnifica los sentimientos , o los hace más profundos o bien los borra del mapa, eso incluye la relación con tu país, lo ves tal cual es, con sus maravillas y sus  carencias, te vuelves realista y objetivo, te invaden sentimientos encontrados, quieres integrarte pero no desarraigarte, quieres estar allí pero no estás.

 Veo a la gente de mi país envuelta en banderas tricolores luchando por la libertad y el derecho a la transparencia y me apena profundamente no poder gritar a viva voz y en la mitad de la calle, lo que el gobierno descaradamente quiere callar.

Mi avión sigue sin moverse…Me pregunto donde quisiera estar.

Pienso en Ecuador, pero no pienso en esas fotos  que veo en las redes, en mi cabeza no veo marchas ni contramarchas, no escucho gritos.. a mi memoria vienen el olor a tierra mojada del jardín cuando llueve, el chocolate caliente con queso en la cocina de mi mami, las montañas verdes que tanto añoro, las humitas de mi abuelita, el sol, la luz, el mar calentito sobre la piel, los amigos, la familia, la sonrisa de la gente, esa que en estas germánicas tierras es tan ocasional. Pero de repente, inevitablemente, pasa…viene a mi mente sin anestesia, ese Ecuador que me frustra y me enoja, ese, que me da dolor de estómago.

Me siento un poco como un espectador en una obra que trata de mi vida pero hay capítulos  en los que no puedo actuar,  los protagonistas son otros y definirán parte de mi futuro y del de mis hijos.
Mi respeto y agradecimiento a los que defienden lo que sienten correcto, a los que leen, a los que se informan, a los que se comprometen y de manera responsable exigen un Ecuador mejor.

Pienso honestamente que nuestro país necesita más ciudadanos críticos,  comprometidos con el quehacer político pero no solo en época electoral, sino siempre.
Confío en estar educando dos ecuatorianos con una visión más amplia,  con una responsabilidad ciudadana real, confío en que algún día ayuden a hacer la diferencia.
Confió también en que en su memoria, Ecuador sea siempre sinónimo de luz, de alegría, de hogar. Confío en que "estemos", aunque físicamente nuestro destino nos lleve a otras tierras. Espero que seamos de esa gente que está aunque no este presente, esa gente que está donde quiera que este.
Confío en que este avión nos lleve a nuevas oportunidades de aprender. Confió en que a los nubarrones se los lleve el viento. Confió en que finalmente despeguemos! Todo esto en sentido figurado y literal.
Hasta el próximo post!

2 comentarios:

  1. Pues sí! Estás sin estar gracias a la tecnología...eres de ese grupo de personas que muchos mencionan como "los que tienen suerte de vivir fuera" pero que pese a agradecer las experIencias de vida que se te presentan, te debates en un eterno "donde quiero estar?"...como dices en tu post. Abrazo!!!

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    1. Estar fuera tiene su claros pero también sus sombras. Trato de estar amiga y agradezco a los que están ahí a pesar de la distancia..como tú.

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