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domingo, 2 de julio de 2017

El suave aletear de la mariposa





Los tibios días de verano han traido mariposas a mi jardín, mientras disfruto de unas horas de sol, veo como una, revolotea traviesa alrededor de las rosas, se mueve suavemente, ajena a mi atenta mirada y a mis pensamientos.  

En tanto  la observo, viene a mi memoria un proverbio chino que leí alguna vez  “El aleteo de de las alas de una mariposa puede provocar un tornado al otro lado del mundo”. ¿Cómo algo tan sutil, aparentemente,  puede provocar algo de tan enormes dimensiones?

Al igual que el suave aleteo de la mariposa, un cambio en una persona puede causar un efecto inmenso, no solo en ella, sino en todos los que la rodean sin importar donde estén, a este efecto se le llama El "efecto mariposa", el concepto fue desarrollado por un meteorólogo  y esta relacionado con la explicación de la tería del caos, misma que no voy, ni puedo explicar realmente.  Mucho se ha escrito, investigado  y filmado sobre el tema, pero no es hacia allí donde hoy van mis pensamientos. No puedo dejar de pensar en que todo y todos estamos irremediablemente conectados.

Se han preguntado alguna vez - ¿si pudiera cambiar algo de lo que hice en mi vida, que cambiaría?- ¿En que esquina tomaría una dirección distinta? o ¿Qué hubiese hecho antes o tal vez después? Ese pensamiento que suele asaltarte cuando estas frustrado o insatisfecho,  supone que al cambiar una sola cosa, el resultado cambiará en la dirección esperada, ese pensamineto ignora que ese pequeño cambio, por insignificante que sea podría cambiar por completo nuestro mundo y el de muchas otras personas.

A menudo suponemos que para lograr algo debemos hacer cambios radicales, pensamos que debemos modificar muchas variables, que debemos movernos rápido y violentamente. Sin embargo, la realidad es que,  el cambio supone algo mucho menos drástico. Cada pequeño hecho suma en tu vida y toda pequeña acción repetida constantemente dejará una gran huella, como la gota de agua que surca una roca.
De igual manera, cada suceso pasado, nos llevó, en una perfecta combinación de eventos al lugar donde estamos en este preciso instante.

El efecto mariposa, se trata de las pequeñas acciones que conducen a grandes resultados, se trata también de la certeza de que afectamos al mundo desde nuestros espacios, de que a veces con acciones aparentemente insignificantes cambiamos un poco o mucho nuestra realidad y la realidad de los que nos rodean. Esa llamada que no hacemos, esa sonrisa que brindamos, esa tarea que dejamos para más tarde... eso que parece irrelevante desencadena en el largo plazo un efecto importante.

Suelo decirles a mis hijos que no estamos solos, que parte de la felicidad es sabernos más que uno, sabernos parte de un ecosistema donde nuestros aleteos aunque suaves pueden crear ondas expansivas y hacer grandes diferencias. También les digo que nada se construye de un día para otro, que los cambios suponen pequeños esfuerzos diarios. Sin prisa pero sin pausa se llega lejos. Son los pequeños hábitos buenos o malos los que terminan forjando destinos.

El sol se está poniendo y la mariposa se ha mudado al jardín del vecino, pero con el delicado batir de sus alas me ha dejado pensar un rato y me ha dado la oportunidad de compartir lo que pasa por mi cabeza con ustedes, aunque muchos estén al otro lado del mundo.

¡Hasta el próximo post!

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